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La Comisión Europea (CE) informó que es partidaria de limitar por ley las grasas "trans" contenidas en los alimentos como medida para mejorar la salud pública y la protección al consumidor.

 

(Elmundo.es) La Comisión Europea (CE) informó que es partidaria de limitar por ley las grasas “trans” contenidas en los alimentos como medida para mejorar la salud pública y la protección al consumidor.

Bruselas dio a conocer los resultados de un informe preliminar que aconseja restringir el contenido de esas grasas, como la manera más eficaz para combatir los problemas de sanidad que lleva aparejado su consumo, aunque la CE ha señalado que debe estudiar la forma de llevar a cabo esa limitación.

La grasas artificiales “trans” son las elaboradas a partir de aceites parcialmente hidrogenados.

El informe pone de relieve la existencia en el mercado europeo de productos alimentarios con altas concentraciones de grasas industriales y menciona los beneficios que comportaría una reducción en su consumo.

El Ejecutivo comunitario apuntó, asimismo, que, pese a que el consumo en la Unión europea (UE) está por debajo de los niveles recomendados, esto “no puede aplicarse a todos los grupos de población”.

Las enfermedades del corazón son la principal causa de fallecimiento en la UE, y que el abuso en la alimentación de las grasas “trans” incrementa “seriamente” el riesgo de desarrollarlas.

El objetivo del informe es determinar la efectividad de las medidas que la UE podría tomar para beneficio sanitario de los consumidores, pero sin perder de vista el impacto que ese tipo de medidas tendría sobre las empresas del sector, indicó la CE.

Las opciones planteadas son la implantación de un etiquetado obligatorio en los productos con grasas “trans”, el establecimiento de límites a su presencia en los productos y una reformulación voluntaria de la composición de éstos por parte de las propias empresas.

Según las conclusiones del estudio, la opción del etiquetado causaría confusión al consumidor, porque “aumentaría la complejidad a la hora de identificar alternativas más saludables”.

Por su parte, la reformulación voluntaria de los productos tendría posiblemente un alcance limitado, puesto que dependería “claramente” de la implicación y la voluntad de la industria de llevarla a cabo.

Por ello, la limitación legal queda determinada como la vía más idónea.

La Comisión abrirá próximamente una consulta pública y una evaluación para recabar nueva información que se sumará a la aportada por el informe hecho público hoy.

Este proceso determinará la decisión de la Ejecutivo comunitario en esta materia en “en el futuro próximo”, indicó la CE.

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